El Cerro Centinela, también conocido como el Cerro La Virgen, por la imagen escultórica en su cima. Es uno de los miradores naturales con que cuenta San Antonio.

Se cuenta que el 4 de Abril de 1623, el holandés Jacobo L’Hermite recalaba en las islas del Archipiélago Juan Fernández, frente a la costa de San Antonio, con varios barcos enviados por Mauricio de Nassau de la Armada Stathouder de los Países Bajos, con el propósito de sentar pie en Chile y atacar desde allí a sus enemigos españoles en el Perú. Una vez en el archipiélago de Juan Fernández, esperó la llegada del resto de las embarcaciones para organizar su poderosa flota de once naves con 294 cañones y más de 1.700 hombres y luego se embarcó rumbo al Perú. Al bordear las costas de San Antonio rumbo al Norte, un joven vigilante apostado en la parte alta del cerro, en la costa de San Antonio, divisó en el horizonte once naves piratas avanzando y dio aviso inmediato a toda la comunidad del peligro que se acercaba. Sin embargo, no solo se le negó el crédito, sino que con pública autoridad lo ahorcaron, acriminándole que con falsas noticias perturbaba el común sosiego y maquinaba sediciones de los indios y gente plebeya y de servicio. Se dice que en razón de este suceso y por este joven centinela acusado de alarmista, cuyo aviso era verídico pero nadie lo sabía, es que el Cerro Centinela lleva ese nombre.