Don Arturo Pacheco Altamirano nació en Chillán en el año 1905 y en la actualidad es considerado un pintor de fuerza y gestualidad, instintivo, prolífero y colorista nato. Se especializó pintando puertos, barcazas y marinas.

Ingresó a estudiar en el Liceo de Hombres de su ciudad natal, los que continuó en el Liceo de Concepción, donde tuvo como profesor a Enrique Molina Garmendia, quien descubrió su talento y lo recomendó para la sala de exposición del Diario El Sur, con motivo del centenario del colegio, teniendo su primera exposición en 1924, a los 19 años.

Luego estudió dos años en la Escuela de Arquitectura, pero abandonó la carrera, para encontrarse con su verdadera vocación, la pintura. Así, en 1925 se radicó en Santiago, dedicándose de lleno al arte, sin jamás haber tomado clases ni asistido a una academia.

Pronto comenzó a viajar hacia el sur de nuestro país, hasta que en 1929 conoció Angelmó en Puerto Montt, donde pintando diversas escenas marinas, de la playa y de los pescadores comenzó su fama; teniendo su primera exposición ese mismo año en Santiago, luego en Buenos Aires en 1935, Lima en 1937, y Estados Unidos en 1950.

Posteriormente, fue designado como Agregado Cultural en la Embajada de Chile en Francia, y con ese cargo expuso en la Galería André Weil de París, en 1952, logrando el reconocimiento mundial, a los 47 años. De hecho, fue nombrado Miembro Honorario del Museo Naval de Washington y la ciudad de Filadelfia lo condecoró. Además, fue Miembro de Honor de la Federación Internacional de Artes, Ciencias y Letras de las Naciones Unidas.

Aunque sus temáticas preferidas fueron las caletas pequeñas y puertos, en sus últimos años, también incursionó en la pintura de corte cubista. La diversidad de pinturas hechas por Arturo es enorme, encontrándose obras suyas en los museos de París, Filadelfia, Tokio, Nueva Delhi, mientras que en Chile las podemos encontrar en los museos de Bellas Artes de Valparaíso, Viña del Mar y de Santiago.

A Pacheco Altamirano le gustaba el mar y así fue como en Las Cruces ancló su casa con vista a la bahía, bautizándola como “Villa Elisa” y construyó la terraza simulando una proa de buque abierta al océano, decorándola con un bote al que llamó Angelmó, como recuerdo de su vida bohemia en las playas sureñas. Es también en la llegada a nuestra provincia que el propio pintor le regala al Sindicato de Pescadores Artesanales San Pedro de San Antonio, una imagen de la caleta de pescadores de San Antonio.

Finalmente, Arturo Pacheco Altamirano fallece el 31 de enero de 1978, a los 72 años.

Arturo Pacheco Altamirano le da nombre a nuestra caleta de pescadores, la que se llamó “Caleta Pintor Pacheco Altamirano” en su honor.